La situación más grave se registró en el municipio de Tumaco (Nariño), donde ocho personas perdieron la vida y por lo menos 25 desaparecieron durante una avalancha. En Cauca hay caos vial, mientras que parte del Valle quedó sin servicio de agua potable. La Cruz Roja habilitó sus seccionales para recibir ayuda.
Dos ríos, el Mira y el Telembí, se desbordaron en las últimas horas en el departamento de Nariño y, además de la tragedia en Tumaco, resultaron gravemente inundados los municipios de Barbacoas y Ricaurte. Se habla de 30.000 damnificados.
El gobernador de Nariño, Antonio Navarro, dijo que se presenta una preocupante emergencia en las riberas de los dos ríos, el primero ubicado en el sur del departamento y el segundo, en el centro de esa región.
La directora de la Oficina de Atención y Prevención de Emergencias, Luz Amanda Pulido, señaló, por su parte, que la zona afectada es de "difícil acceso" y confirmó que alrededor de 200 casas fueron arrasadas por las crecientes.
Las ocho víctimas murieron ahogadas en zona rural del puerto de Tumaco.
Otra delicada situación se registró por la creciente súbita del río Mira, que al salirse de cauce inundó las localidades de Barbacoas y Ricaurte.
"Realmente la magnitud de lo ocurrido en la Costa pacífica es sin precedentes: son más de 6.000 familias las afectadas, numerosas personas desaparecidas, la inundación ha llegado a poblaciones como la de Bucheli, lo que ha obligado a suspender el servicio de energía", relató Raúl Delgado, secretario de Planeación de Nariño.
Las autoridades informaron que decenas de hectáreas de cultivos y ganados se encuentran bajo las aguas. Además, revelaron que las pocas carreteras de ese territorio también resultaron seriamente comprometidas por deslizamientos.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) emitió un anuncio de alerta ante la creciente súbita y recomendó mantener atención especial en las zonas ribereñas del Mira y el Telembí.
Más lluvias, más damnificados
En el departamento de Cauca, entre tanto, miles de campesinos quedaron incomunicados y/o damnificados luego de que los ríos Guangué, Desbaratado y La Paila se salieron de su cauce y causaron gravísimos daños.
El municipio de Miranda soportó el embate de los dos primeros afluentes, el primero de los cuales arrasó 15 viviendas y destruyó un puente que comunicaba a la localidad con más de 20 veredas.
La creciente del Desbaratado, por su lado, dejó en ruinas la bocatoma del acueducto municipal, por lo que más de 35.000 personas quedaron sin servicio de agua potable.
"Necesitamos apoyo en todo sentido, en maquinaria pesada, para el tema de las vías y los puentes, y las familias damnificadas", dijo Íber Jaramillo, alcalde de Miranda, al lanzar un llamado de auxilio al Gobierno nacional.
De otro lado, los habitantes del corregimiento El Barranco, en el municipio de Corinto, se vieron forzados a salir huyendo de sus casas para esquivar las aguas desbordadas del Guangué. Muchos apenas lograron tomar algunas de sus pertenencias.
"Yo saqué mi camita, mi colchoncito y mis cuadernitos", relató un menor de edad.
Las autoridades recomendaron a los habitantes de la región no acercarse a las riveras de los ríos pues se teme que sigan creciendo en las próximas horas y continúen tragándose, literalmente, las tierras que se levantan a su alrededor.
El desbordamiento de los tres afluentes también causó un aumento en la turbiedad del río Cauca, lo que obligó a las empresas municipales de Cali a suspender el suministro de agua potable en el 70 por ciento de la ciudad.
Ante esta crisis, la Cruz Roja Colombiana y la Oficina de Prevención y Atención de Desastres empezaron a enviar ayudas humanitarias a las zonas afectadas. En las últimas horas, por ejemplo, despacharon unas 20 toneladas de alimentos hacia Tumaco.
La Cruz Roja, sin embargo, se declaró preocupada porque las ayudas se están agotando y no son suficientes para atender a los cerca de 60.000 damnificados que este año ha dejado el invierno en 10 departamentos del país.
Bogotá
Dos ríos, el Mira y el Telembí, se desbordaron en las últimas horas en el departamento de Nariño y, además de la tragedia en Tumaco, resultaron gravemente inundados los municipios de Barbacoas y Ricaurte. Se habla de 30.000 damnificados.
El gobernador de Nariño, Antonio Navarro, dijo que se presenta una preocupante emergencia en las riberas de los dos ríos, el primero ubicado en el sur del departamento y el segundo, en el centro de esa región.
La directora de la Oficina de Atención y Prevención de Emergencias, Luz Amanda Pulido, señaló, por su parte, que la zona afectada es de "difícil acceso" y confirmó que alrededor de 200 casas fueron arrasadas por las crecientes.
Las ocho víctimas murieron ahogadas en zona rural del puerto de Tumaco.
Otra delicada situación se registró por la creciente súbita del río Mira, que al salirse de cauce inundó las localidades de Barbacoas y Ricaurte.
"Realmente la magnitud de lo ocurrido en la Costa pacífica es sin precedentes: son más de 6.000 familias las afectadas, numerosas personas desaparecidas, la inundación ha llegado a poblaciones como la de Bucheli, lo que ha obligado a suspender el servicio de energía", relató Raúl Delgado, secretario de Planeación de Nariño.
Las autoridades informaron que decenas de hectáreas de cultivos y ganados se encuentran bajo las aguas. Además, revelaron que las pocas carreteras de ese territorio también resultaron seriamente comprometidas por deslizamientos.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) emitió un anuncio de alerta ante la creciente súbita y recomendó mantener atención especial en las zonas ribereñas del Mira y el Telembí.
Más lluvias, más damnificados
En el departamento de Cauca, entre tanto, miles de campesinos quedaron incomunicados y/o damnificados luego de que los ríos Guangué, Desbaratado y La Paila se salieron de su cauce y causaron gravísimos daños.
El municipio de Miranda soportó el embate de los dos primeros afluentes, el primero de los cuales arrasó 15 viviendas y destruyó un puente que comunicaba a la localidad con más de 20 veredas.
La creciente del Desbaratado, por su lado, dejó en ruinas la bocatoma del acueducto municipal, por lo que más de 35.000 personas quedaron sin servicio de agua potable.
"Necesitamos apoyo en todo sentido, en maquinaria pesada, para el tema de las vías y los puentes, y las familias damnificadas", dijo Íber Jaramillo, alcalde de Miranda, al lanzar un llamado de auxilio al Gobierno nacional.
De otro lado, los habitantes del corregimiento El Barranco, en el municipio de Corinto, se vieron forzados a salir huyendo de sus casas para esquivar las aguas desbordadas del Guangué. Muchos apenas lograron tomar algunas de sus pertenencias.
"Yo saqué mi camita, mi colchoncito y mis cuadernitos", relató un menor de edad.
Las autoridades recomendaron a los habitantes de la región no acercarse a las riveras de los ríos pues se teme que sigan creciendo en las próximas horas y continúen tragándose, literalmente, las tierras que se levantan a su alrededor.
El desbordamiento de los tres afluentes también causó un aumento en la turbiedad del río Cauca, lo que obligó a las empresas municipales de Cali a suspender el suministro de agua potable en el 70 por ciento de la ciudad.
Ante esta crisis, la Cruz Roja Colombiana y la Oficina de Prevención y Atención de Desastres empezaron a enviar ayudas humanitarias a las zonas afectadas. En las últimas horas, por ejemplo, despacharon unas 20 toneladas de alimentos hacia Tumaco.
La Cruz Roja, sin embargo, se declaró preocupada porque las ayudas se están agotando y no son suficientes para atender a los cerca de 60.000 damnificados que este año ha dejado el invierno en 10 departamentos del país.
Bogotá
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